Ciencias Biológicas II
Ciencias
Muchas veces, cuando hablamos de ciencias,
nos referimos a un gran grupo de ellas, pero es importante aclarar que no son
todas iguales. Algunas ciencias basan su estudio en hechos o fenómenos
observables, y otras, en ideas. Las primeras como la biología, la física, la
química, se denominan ciencias fácticas, las segundas como las matemáticas y la
lógica, ciencias formales.
Las características de las ciencias son:
Provisional y perfectible: es decir que lo
que se considera hoy como valido quizás en el futuro no lo sea.
Fiable: ya que, si bien en determinados
momentos la forma de observar y de explicar la Naturaleza es de una manera y
luego puede cambiar, no significa que no podamos confiar en ella.
Por lo tanto, es muy importante tener en
cuenta que la ciencia es dinámica y susceptibles de ser modificada.
El método
científico
La biología, al igual que el resto de las
ciencias naturales como la química, la física o la geología, pretende encontrar
una explicación sobre cómo y por qué se dan los distintos procesos de la
naturaleza; en el caso concreto de la biología, en los seres vivos.
Para esto, científicos han aceptado la
necesidad de cumplir una serie de pasos para que las conclusiones a las que se
lleguen sean válidas y aceptables. A estas etapas las conocemos como el método
científico.
El método científico es un proceso
sistemático basado en la observación y la experimentación, gracias al cual
obtenemos conocimiento científico, y para llegar a este, es necesario seguir
una serie de pasos:
-Observación: Reconocemos un problema al
aplicar los sentidos a algún objeto o fenómeno natural.
-Planteamiento del problema: Planteamos el
problema en forma de pregunta a la que hay que dar respuesta.
1.a Etapa: Observación Reconocer el problema.
2.a Etapa: Formulación de hipótesis Hacer
suposiciones verosímiles y contrastables para explicar el problema.
3.a Etapa: Experimentación-control de
variables Diseñar experimentos para confirmar o descartar las hipótesis
buscando relaciones entre ellas, controlando, variables no medidas que puedan
influir.
4.a Etapa: Conclusiones Obtenerlas a partir
de hipótesis confirmadas.
Biología
La palabra biología proviene del
griego BIOS que significa ‘vida’ y logos que significa ‘estudio’.
Por lo tanto, podemos definir a la biología como la ciencia que estudia los
seres vivos. En primer lugar, debemos recordar que las ciencias
naturales son aquellas que
están relacionadas con la naturaleza y en las que aplicamos el método
científico. Dentro de ellas
incluimos biología, geología, física y química.
TEORIA EVOLUTIVA: Charles Darwin
Es uno
de los científicos más conocidos e influyentes de la historia de la biología,
destaco por sus grandes dotes como observador naturalista.
La teoría de Darwin: se asienta en tres
puntos fundamentales:
• La variabilidad: Las poblaciones de seres
vivos no son uniformes, sino que presentan cierta variabilidad, mayor o menor
en función de la especie observada. En un ambiente estable con suficientes
recursos, las poblaciones mantienen el número de individuos y conservan su
variabilidad.
• La adaptación: Ante un cambio en el
ambiente desfavorable a una especie, de entre toda la variabilidad existente,
habrá algunos individuos que quizá presentaran unas características más
adecuadas al nuevo ambiente. Estos individuos estarán mejor adaptados.
• La selección natural: Los individuos mejor
adaptados se reproducirán más fácilmente y dejarán más descendencia. Esta
descendencia heredara los caracteres que determinan una mejor adaptación. Si la
selección se repite en cada toda la población
presentara el carácter que determina una mejor adaptación.
Los antecesores de las jirafas actuales
formaban una población con cierta variabilidad para el carácter ≪longitud del cuello≫; ciertos individuos tenían el cuello más
largo.
Cuando escasea el alimento, los individuos
con el cuello más largo llegan mejor a las capas superiores del follaje. Están
mejor adaptados.
Los individuos con el cuello más largo se
reproducirán con mayor facilidad y dejarán más descendientes, aumentando su
proporción en la siguiente generación. La selección natural seguirá actuando
generación tras generación hasta dar lugar a las jirafas actuales.
El viaje del Beagle
El 27 de diciembre de 1831, el Beagle zarpo
de Plymouth (Inglaterra) y no regreso hasta casi cinco años después, el 2 de
octubre de 1836. El barco inicio su travesía hacia Sudamérica, y recorrió gran
parte de su costa, desde Bahía (Brasil) hasta las islas Galápagos (Ecuador) pasando
por las costas de Uruguay, Argentina, Chile y Perú. La etapa americana del
viaje duro cerca de cuatro años, después de los cuales, el Beagle se dirigió a
Australia y Nueva Zelanda. Desde allí el viaje continuo por el sur de África
hasta, finalmente, volver a Inglaterra.
A pesar de que todas estas especies forman
parte del mismo grupo taxonómico y son muy cercanas entre sí, presentan una
clara diferenciación en la estructura de su pico, lo cual se ha convertido en
una de las pruebas más importantes a favor de la teoría darwinista de la
evolución de las especies. Después de numerosos estudios, se ha demostrado que
la estructura del pico de los pinzones está directamente relacionada con la
alimentación de cada uno de ellos y, por tanto, con los alimentos disponibles
en cada isla del archipiélago de Galápagos. De esta manera, existen pinzones
que se alimentan de frutas, otros de insectos y otros de semillas. Los pinzones
frugivoros tienen un pico similar al de un loro, preparado para romper los
frutos; mientras que los que se alimentan de semillas tienen un pico grueso que
les permite machacar las semillas con facilidad; mientras que los pinzones
insectívoros tienen un pico más fino y alargado para alcanzar larvas o cazar
insectos con facilidad.
Este hecho es un claro ejemplo para ilustrar
las ideas de Darwin sobre la evolución de las especies. Unas aves, en principio
similares, pero con cierta variabilidad entre sus individuos, se vieron
sometidas a distintos ambientes (en cada isla existían distintas condiciones
ambientales y diferentes alimentos disponibles). Esto provocó que los
individuos con distintas características fueran seleccionados en las islas en
las que el ambiente les era más favorable y fueran desapareciendo en el resto
de islas. De esta forma, los pinzones que consiguieron sobrevivir lo hicieron
porque se adaptaron al medio en el que se encontraban. Como estos individuos se
adaptaron mejor, tuvieron más descendencia, con lo que sus características se
seguían repitiendo en las siguientes generaciones. De esta forma, la selección
natural fue actuando hasta dejar en cada isla solamente pinzones con
características adecuadas para la supervivencia en cada una de ellas.
La especiación y
las teorías actuales
Las teorías actuales sobre el origen de las
especies toman como base la teoría sintética de la evolución, pero difieren
entre ellas sobre todo en lo relativo al momento y al cómo se da la aparición
de nuevas especies. Una especie es un conjunto de individuos más o menos
parecidos que son capaces de reproducirse
entre ellos y dar lugar a descendencia fértil. El proceso de aparición de una
nueva especie a partir de una preexistentes lo que llamamos especiación.
Para que se dé la especiación, deben
producirse los siguientes fenómenos:
• Un grupo de individuos de una determinada
población evoluciona diferenciándose del resto de la población.
• Ese grupo de individuos no puede
reproducirse con la población inicial debido a que existe una separación física
(ej.: vivir en dos islas diferentes) o temporal (ej.: épocas de fertilidad en
distintas estaciones).
• Las diferencias son cada vez mayores, hasta
que llega un momento en el que, si se intentaran reproducir dos individuos de
cada una de las poblaciones, no llegarían a reproducirse o no tendrían descendencia
fértil. Ya se trata de dos especies diferentes.
Según la interpretación evolucionista del
origen de las especies científicamente aceptada, todas las poblaciones de
especies actuales provienen de otras especies ancestrales a partir de las
cuales se han originado.
La biodiversidad actual no es más que el
resultado de la evolución por especiaciones sucesivas desde los primeros seres
vivos que poblaron la Tierra hace 3850 millones de años. La historia y el
parentesco evolutivo de una especie se pueden representar mediante un esquema
en forma de árbol llamado cladograma.
Célula
La célula es la unidad anatómica fundamental de todos los seres
vivos. Está
formada por citoplasma, uno o más núcleos y una
membrana que la rodea. Algunos organismos, como
las bacterias, constan solo de una sola célula, son organismos
unicelulares. Otros, como los humanos, animales y plantas; están hechos de una
cantidad incontable de células que trabajan juntas para gestionar lo que hoy conocemos
como el ser vivo. Los seres humanos estamos formados por miles de millones de células organizadas en tejidos,
que forman los músculos, la piel y también órganos, como los pulmones. Todas las células tienen unos componentes básicos comunes:
- Todas las células están rodeadas de una membrana plasmática que las separa y comunica
con el exterior. Algunas células
como las bacterias y las células vegetales poseen una pared celular que rodea a la membrana plasmática.
- Contienen un medio
hidrosalino (medio acuoso y salino), el citoplasma, y en el que están inmersos los orgánulos celulares imprescindibles para el
correcto funcionamiento de la célula.
- Todas las células poseen información genética en unas
macromoléculas esenciales (ADN y ARN), así como ribosomas implicados en la síntesis
de proteínas.
Membrana
plasmática
Funciones:
- Intercambiar partículas entre el interior y el exterior.
- Acreditar su pertenencia
a un organismo concreto, esto se logra gracias unas moléculas situadas en la membrana, denominadas antígenos de histocompatibilidad.
- Captar información del medio interno y de otras células, mediante
los denominados
receptores de membrana.
Composición:
Hoy sabemos que la
composición de las membranas celulares es similar en todas las células, están compuestas fundamentalmente por
lípidos, que se disponen en una doble capa o bicapa lipídica en la que se insertan diversas clases de proteínas. Las proporciones de
lípidos y proteínas que están presentes varían según el tipo de célula.
Los lípidos que intervienen en una mayor
proporción en la composición de las membranas son los fosfolípidos y el
colesterol.
-Fosfolípidos: Constituyen la estructura básica de las
membranas. Están formados por una cabeza hidrofílicas o polar y dos colas
hidrofóbicas o apolares; es decir, son moléculas anfipáticas. Debido a esta
característica, los fosfolípidos se disponen con las cabezas hidrofílicas en
contacto con el medio acuoso y con las colas hidrofóbicas en oposición a este medio.
A menudo, las colas apolares están formadas
por una cadena de ácidos grasos saturada; es decir, que no presenta dobles
enlaces, y otra insaturada; o sea, con dobles enlaces. Esta última cadena
presenta codos, por lo que da lugar a una ligera curvatura que tiene
importancia para el acoplamiento de los lípidos a la hora de formar la
estructura de la membrana.
-Colesterol: Se encuentra en una proporción del 20 % en las membranas de las
células eucariotas.
Las moléculas de colesterol se disponen de
forma intercalada entre los fosfolípidos. Esta disposición limita la movilidad
de los fosfolípidos, lo cual proporciona estabilidad a la membrana y también
reduce su permeabilidad.
-Los glucolípidos: se sitúan en la parte exterior de las membranas y pueden representar
hasta el 5 % del total de lípidos de la membrana en las células animales.
El tipo de glucolípidos que podemos encontrar
en las membranas varía según la especie, e incluso según el tipo de tejido que
analicemos. Un ejemplo son los gangliosidos, muy abundantes en las membranas de
las células nerviosas.
Los glucolípidos tienen funciones diversas:
algunos han sido identificados como receptores químicos, es decir, moléculas
exteriores a las células con capacidad para unirse a otros compuestos y
provocar un cambio en la célula.
-Las
proteínas: están insertadas en
la bicapa lipídica, muchas se unen a glúcidos y forman glicoproteínas.
Distinguimos:
• Proteínas
transmembrana o proteínas integrales: Son las que atraviesan completamente la membrana y sobresalen por ambas
caras.
Las proteínas transmembrana tienen aminoácidos hidrófilos en las zonas
que sobresalen al exterior y al interior de la célula. En la parte intermedia
de la molécula, que está rodeada de las colas apolares de los fosfolípidos, se
sitúan, mayoritariamente, aminoácidos hidrófobos.
• Proteínas
periféricas o extrínsecas: No atraviesan la
estructura de la membrana y sobresalen por una de las dos caras.
Las proteínas son las encargadas de la mayor
parte de las funciones biológicas que desempeñan las membranas: participan en
reacciones energéticas en los intercambios a través de la membrana, etc.; por
ello, muchas de estas proteínas son enzimas como la ATP, la proteína quinasa o la
acetilcolinesterasa.
Estructura:
Se trata de una estructura
en continua renovación que no solo define unos límites externos, sino que permite
que la célula exista como una entidad diferente de
su entorno.
La estructura que forman los fosfolípidos no
es rígida, ya que estas moléculas pueden presentar movimientos.
• Difusión lateral: Un fosfolípido
intercambia su posición con otro que está situado en la misma mono capa,
mediante un desplazamiento lateral.
• Rotación de fosfolípidos: Las moléculas
giran sobre su eje longitudinal.
• Flexión de las cadenas hidrocarbonadas: Los
fosfolípidos aumentan o disminuyen el grado de separación de las colas
hidrófobas.
• Flip-flop: Un fosfolípido se desplaza
verticalmente y ocupa un lugar en la mono capa opuesta. Este tipo de movimiento
es muy poco frecuente.
Como veremos más adelante, estos movimientos
intervienen decisivamente en los mecanismos de transporte de sustancias a
través de la membrana. A menudo, los lípidos están unidos a moléculas de
glúcidos y forman glucolípidos.
Transporte de
sustancias a través de la membrana
Para poder llevar a cabo todas las funciones
metabólicas, existen varios mecanismos de
transporte que tienen lugar en las células,
estas han de intercambiar sustancias con el medio exterior. Dentro de este tipo
de mecanismos de transporte distinguiremos entre transporte
pasivo y transporte
activo.
Transporte
pasivo: Es un tipo de transporte que no requiere gasto de energía y presenta
dos modalidades:
ü Difusión
simple: Algunas moléculas
pequeñas y sin carga electroquímica, como el oxígeno (O2), el nitrógeno (N2),
el dióxido de carbono (CO2) y también el agua (H2O), se difunden rápidamente a
través de la bicapa lipídica, a favor de su gradiente de concentración. El paso
se produce aprovechando las aperturas que aparecen por el desplazamiento de los
fosfolípidos.
ü Difusión
facilitada: Las moléculas que
no pueden atravesar la bicapa lipídica, como los glúcidos, los aminoácidos, los
iones..., pasan a través de la membrana, a favor del gradiente electroquímico o
de concentración, mediante proteínas transmembranas, que pueden ser:
—Proteínas de canal: Que forman poros acuosos por los que pasan
algunos solutos.
—Proteínas transportadoras: Que se unen a la sustancia que se debe
transportar y sufren
un cambio de conformación para permitir el
paso de la sustancia a través de la membrana.
Existen diversas modalidades para este tipo
de transporte.
La
excreción celular: La célula necesita expulsar de su interior los desperdicios que genera
el metabolismo, así como captar nutrientes del medio externo. Estas acciones
las lleva a cabo gracias a la capacidad de la membrana celular de permitir el
paso selectivo de algunas sustancias. La excreción
es, pues, el
proceso biológico mediante el cual se eliminan las sustancias toxicas generadas
por el metabolismo. La excreción celular utiliza las vías de transporte a
través de la membrana celular que hemos visto: la difusión
simple, la difusión
facilitada, el transporte activo y la exocitosis.
Transporte
activo: Se produce en contra del gradiente de concentración o del gradiente
electroquímico de las sustancias y, por ello,
precisa energía.
Este tipo de transporte se lleva a cabo
mediante proteínas transmembrana, que hidrolizan
ATP para obtener energía y que, a la vez,
alteran su conformación espacial para efectuar el transporte. Es el caso de las
bombas de iones, como la de sodio-potasio.
La bomba de sodio-potasio extrae Na+ de la
célula, a la vez que incorpora K+. Por cada
molécula de ATP que se consume, salen de la
célula 3 Na+ y entran 2 K+.
Este tipo de transporte iónico a través de
las membranas tiene una importancia extraordinaria, ya que da lugar a
fenómenos, como la contracción muscular, el potencial
de membrana, etc.
Transporte
de macromoléculas y partículas: Los mecanismos anteriores no permiten el paso de moléculas grandes como
los polisacáridos o las proteínas. En estos casos se utilizan otros tipos de
sistemas de transporte: la exocitosis y la endocitosis.
ü Exocitosis: Tiene lugar cuando una macromolécula o una
partícula debe pasar del interior al exterior de la célula.
Las vesículas que se forman en este caso
reciben el nombre
de vesículas secretoras. Se desplazan hasta la membrana plasmática,
se fusionan y vierten su contenido al medio extracelular. Según el modo en que
se produce la secreción se distinguen dos tipos de exocitosis:
• Las vesículas se producen de manera regular
en la célula y su contenido es vertido al exterior sin necesidad de que exista
ningún estimulo. Es el caso de las proteínas que forman la matriz extracelular
de los tejidos.
• Las vesículas se producen y liberan su contenido
al exterior solo cuando la célula es estimulada por alguna señal extracelular.
Un ejemplo de ello es la secreción de neurotransmisores en las neuronas
ü Endocitosis. Es un proceso de incorporación de
sustancias a la célula. En algunos casos, se ha observado que estas sustancias
se concentran en pequeñas depresiones formadas en la superficie exterior de la
membrana. Cuando se produce la invaginación y se forma la vesícula, esta
contiene una cantidad de sustancia superior a la que podría penetrar en la
célula si no se produjese la concentración previa.
• Cuando las vesículas alcanzan un diámetro
superior a 150 μm y contienen partículas
grandes, como restos celulares y
microorganismos, se habla de fagocitosis.
• Si las vesículas son de un diámetro inferior
a 150 μm y contienen fluidos, el proceso
se llama pinocitosis.
La fagocitosis se produce en células con un
cierto grado de especialización como, por
ejemplo, algunos protozoos, para los que es
una parte esencial de su proceso de nutrición.
Por el contrario, la pinocitosis es muy común
en todo tipo de células.
Cuando las vesículas han penetrado en el
interior celular, se dirigen hacia el orgánulo en
el que tienen que ser procesadas. Durante los
procesos de endocitosis y exocitosis, las bicapas lipídicas se acercan y se
fusionan.
Bioelementos
El
análisis de la composición de los seres vivos nos muestra que los elementos
químicos que los constituyen son los mismos que componen el resto de la materia
de nuestro planeta, de nuestra galaxia y del universo.
Sin
embargo, la proporción en la que se encuentran los distintos elementos es
diferente en los seres vivos y en la materia inanimada.
Los
elementos que predominan en los seres vivos son el carbono (C), hidrogeno (H),
oxigeno (O), nitrógeno (N), fosforo (P) y azufre(S). A estos elementos los
conocemos como bioelementos primarios, ya que son los elementos indispensables
para formar las moléculas que conforman la materia viva y constituyen
aproximadamente el 96 % de la misma.
En
los seres vivos, encontramos, en un porcentaje mucho menor, otros elementos que
consideramos bioelementos secundarios.
Estos
son necesarios para mantener el equilibrio osmótico y para realizar el
metabolismo, por lo que son indispensables para la vida. Los bioelementos
secundarios son calcio (Ca), sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl), magnesio
(Mg), hierro (Fe) y yodo (I).
Por
último, encontramos los oligoelementos, que se encuentran en proporciones mucho
más bajas y no en todos los seres vivos, pero que tienen un papel importante.
Algunos de estos oligoelementos son el fluor (F), el cobre (Cu), el zinc (Zn) o
el cobalto (Co).
Los
bioelementos establecen entre ellos múltiples y complejas combinaciones, que
dan lugar a las biomoléculas, moléculas que constituyen a los seres vivos.
Biomoléculas
Como ya hemos visto, las biomoléculas
orgánicas son aquellas moléculas que forman parte de los seres
vivos y están constituidas por un esqueleto de carbono.
La
vida, tal y como la conocemos, está basada en el carbono, y este es el único
elemento
que
sirve como esqueleto de las biomoléculas que conforman a todos los organismos.
Estas son los glúcidos, lípidos, proteínas y
ácidos nucleicos.
Los Glúcidos: son biomoléculas
orgánicas formadas por carbono, oxigeno e hidrogeno. Constituyen un grupo de
sustancias muy extenso y variado y en algunas ocasiones los conocemos como hidratos de carbono o, simplemente, azúcares. Su función
principal es energética y estructural, aunque, en ocasiones, también actúan
como moléculas de reserva.
Los monosacáridos, son los
glúcidos más sencillos tienen función energética y el más destacado es la glucosa.
Los oligosacáridos cuentan con entre dos y diez monosacáridos, también tienen
función energética y los más representativos son la sacarosa y la lactosa.
Los polisacáridos son
polímeros de una gran cantidad de monosacáridos y pueden actuar como elementos
estructurales como la celulosa o la quitina o como reserva
de energía como el almidón y el glucógeno.
Los
lípidos: son biomoléculas
con gran diversidad de composiciones y funciones. Los más básicos son los ácidos
grasos que pueden ser saturados o insaturados. Como derivados de los ácidos
grasos, existen otros lípidos como los acilglicéridos, con función de reserva
energética o las ceras, con función estructural. Los fosfolípidos
son lípidos muy importantes ya que conforman la
membrana plasmática de la célula. Otros lípidos cumplen funciones de
comunicación y algunos son considerados vitaminas.
Son un grupo de biomoléculas
orgánicas, compuestas por carbono, hidrogeno y oxígeno, aunque en ocasiones
pueden presentar otros elementos como nitrógeno, fosforo o azufre. Constituyen
un grupo muy amplio con gran diversidad de estructuras y funciones, pero todos
tienen algo en común de vital importancia para los organismos vivos: no son
solubles en agua.
Al ser un grupo tan extenso y variado, no existe una clasificación
clara para los lípidos, y los podemos catalogar de distintas maneras en función
de distintos criterios.
Las
proteínas: son las biomoléculas
orgánicas más abundantes en las células. Todas las proteínas contienen carbono,
oxigeno, hidrogeno y nitrógeno; además, la mayoría contiene azufre y, algunas,
fosforo, hierro, cinc y cobre.
Composición: Las proteínas son grandes moléculas formadas por la unión de
subunidades más pequeñas llamadas aminoácidos.
Ácidos
nucleicos
Los ácidos nucleicos son biomoléculas formadas por carbono,
hidrogeno, oxigeno, nitrógeno y fosforo. Contienen la información necesaria
para la síntesis de proteínas. Son polímeros formados por la unión de unas
unidades llamadas nucleótidos. Los nucleótidos están formados a su vez por la unión de un glúcido
(pentosa) una base nitrogenada y ácido fosfórico. Al compuesto formado por la pentosa
y la base nitrogenada
lo conocemos como nucleósido y, al unirle a este el ácido fosfórico, se
obtiene el nucleótido. Al conjunto de reacciones bioquímicas que ocurren en la célula lo
denominamos metabolismo.
La pentosa que forma los ácidos nucleicos puede
ser ribosa o desoxirribosa. La ribosa formara el ARN (ácido ribonucleico) mientras que la
desoxirribosa origina el ADN (ácido desoxirribonucleico). La base nitrogenada es un compuesto cíclico
formado por cadenas de carbono y grupos amina o amida y los clasificamos en
purinas y pirimidinas. Las purinas son la adenina (A) y la guanina (G), mientras que las pirimidinas son la timina (T), citosina (C) y uracilo (U). Adenina, guanina, timina y citosina forman parte del ADN mientras que
en el ARN la timina es sustituida por uracilo
-
ADN
El ADN (ácido desoxirribonucleico) es un ácido nucleico formado por
nucleótidos de desoxirribosa conocidos como desoxirribonucleótidos.
Habitualmente, se encuentra en forma de doble
cadena aunque algunos virus poseen una cadena sencilla de ADN. Para formar la
doble cadena, existe una complementariedad entre las bases nitrogenadas, emparejándose
siempre la adenina con la timina y la guanina con la citosina. Entre la primera
pareja, se establecen dos puentes de hidrogeno mientras que en la pareja
guanina–citosina se establecen tres.
Esta ley de complementariedad de bases hace
que las bases nitrogenadas queden hacia dentro de la cadena de ADN unidas por
puentes de hidrogeno, lo que otorga una gran estabilidad a la molécula.
Las cadenas de ADN tienen polaridad, es decir, dos extremos claramente
diferenciados. Al formarse la doble cadena, estas, además de ser complementarias
siguiendo la ley de complementariedad, se disponen de forma antiparalela, es decir, el extremo 3’ de una cadena queda
enfrentado al extremo 5’ dela otra.
La secuencia de nucleótidos de la doble cadena
dispuestos de forma complementaria y antiparalela se enrolla sobre sí misma y forma
unos largos tirabuzones helicoidales. Esto es lo que conocemos como la estructura
de doble hélice. A esta doble hélice la consideramos la estructura secundaria
del ADN, pero este puede compactarse mucho más. Gracias a unas proteínas
denominadas histonas el ADN se enrolla y da lugar a unas estructuras denominadas nucleosomas, los cuales pueden empaquetarse generando lo
que se conoce como el superenrrollamiento del ADN. Estas estructuras se van compactando hasta formar los cromosomas.
El ADN participa en procesos imprescindibles para
la vida. Es el que contiene la información sobre cómo se sintetizaran las proteínas.
Es el portador de la información genética y, por lo tanto, se tiene que
duplicar para poder pasar la información a las células hijas. Este proceso recibe
el nombre de replicación. En el momento en que una célula se divide para dar
lugar a dos células hijas, el ADN se duplica con el objetivo de transferir la
misma información a las dos células resultantes.
El ADN posee la información para crear las proteínas
de un ser vivo. En función de la secuencia de nucleótidos de ADN que contenga
un organismo, se crearan una serie de proteínas que harán que cada organismo se
desarrolle de forma diferente.
Sin embargo, el ADN no puede traducirse
directamente a proteína, por lo que es necesario otro proceso intermedio. A
este proceso lo conocemos como transcripción, y en el a partir de la cadena de
ADN, se crean pequeñas cadenas de ARN, las cuales ya pueden ser leídas y
traducidas a proteínas.
ARN
El ARN (ácido ribonucleico) es el otro tipo de ácido nucleico presente en los seres vivos. Se diferencia
del ADN por estar formado por una ribosa en vez de desoxirribosa y por
presentar uracilo en lugar de timina.
Hay tres tipos principales de ARN.
El ARN mensajero (ARNm), el ARN de transferencia (ARNt) y el ARN ribosómico (ARNr), los cuales se distinguen por su estructura y su función:
Aunque las estructuras son muy variables y
cada uno posee una función determinada, el papel del ARN, en general, es
siempre el de sintetizar las proteínas siguiendo la información marcada por el ADN
mediante el proceso llamado traducción.
Para esto, el ARNm se crea como una copia
complementaria del ADN (transcripción) y llega hasta los ribosomas (ARNr) donde
es leído. En este proceso, el ARNt va uniendo distintos aminoácidos en función
de la secuencia marcada por el ARNm, y de esta forma, se crean las cadenas de
aminoácidos que dan lugar a las proteínas.
El ARNm se encarga de transportar la información
que contiene el ADN hasta los ribosomas, paso imprescindible para la síntesis
de proteínas. Suelen ser moléculas muy pequeñas que transportan los aminoácidos
hasta las cadenas proteicas en la secuencia que determina el ARNm.
Los
nutrientes
Los nutrientes son las sustancias químicas
que constituyen los alimentos y que son utilizados por las células para llevar
a cabo sus funciones vitales.
Al proceso mediante el cual un organismo
selecciona e ingiere los alimentos lo denominamos alimentación. De este modo, podemos decir que este
proceso también forma parte de la función de nutrición.
Características de los nutrientes
|
Compuestos Orgánicos
|
Compuestos Inorgánicos
|
Caracterizan
|
Sus moléculas contienen principalmente
carbono y forman parte de los seres vivos.
|
Formar parte tanto de los seres vivos como
de la materia inanimada.
|
Ejemplos
|
Glúcidos, los lípidos, las proteínas y las
vitaminas.
|
Son el agua y los elementos minerales.
|
Compuestos
Orgánicos
|
|
Característica
|
Función
|
Los glúcidos
|
Sustancias muy extensas y variadas, que
pueden ser solubles o insolubles en agua.
|
Esencialmente energética, constituyen la
reserva energética del organismo que se utiliza en primer lugar. También
funciones estructural.
|
Los lípidos
|
Insolubles en agua
|
Lípidos es energética, ya que se acumulan
en las células del tejido adiposo para ser utilizados en caso de necesidad. Un
papel estructural muy importante en la constitución de las membranas
celulares.
|
Las proteínas
|
Formar soluciones coloidales.
En un medio acuoso se dispersan en forma de
partículas.
|
Es estructural. Son imprescindibles para la
formación y el crecimiento de las células y los tejidos. Muchas proteínas
también tienen una función reguladora de algunos procesos metabólicos.
|
Las vitaminas
|
Son compuestos de origen lipídico o
proteico necesarios en pequeñas cantidades y que no pueden ser sintetizados
por el organismo.
|
Tienen función reguladora de numerosos
procesos metabólicos.
|
Compuestos
inorgánicos
|
|
Propiedades/ Funciones
|
Importancia
|
Sales Minerales
|
Las sales solubles forman iones y estos son importantes para
muchas funciones celulares como transmitir el impulso nervioso.
Las sales insolubles tienen función estructural y crean huesos o
conchas en los animales.
|
Pueden ser solubles o insolubles. Las sales más abundantes en
los seres vivos son los cloruros, los fosfatos y los carbonatos de calcio,
sodio, potasio y magnesio
|
Agua
|
Elevada
tensión superficial, capilaridad, alto calor específico, gran capacidad
disolvente, tendencia a ionizarse y una densidad mayor del agua en estado
líquido que en estado sólido. Gracias a esto, el agua desempeña funciones
biológicas decisivas en los procesos vitales.
|
Sustancia más abundante en los seres vivos
y es imprescindible para el desarrollo de la vida. El agua constituye un 60-
70 % de la masa total del cuerpo humano. Nuestro organismo necesita un aporte
diario de 1,5 a 2,5 l de agua, que son ingeridos a cuerpo.
|
Vitaminas
A continuación, vemos otros ejemplos de
vitaminas y los alimentos donde se encuentran.
· Vitamina
B1: Interviene en la
oxidación de los glúcidos. Su carencia causa beriberi, enfermedad cuyos
síntomas son debilidad muscular, perdida de reflejos, confusión mental e
insuficiencia cardiaca. Se encuentra en los cereales, las legumbres y las
verduras.
·
Vitamina B2: Participa en la respiración celular. Su
carencia produce alteraciones de la piel y las mucosas, y trastornos del
crecimiento. Se encuentra en los huevos, la leche, el hígado y las frutas.
·
Vitamina D3: Se encuentra en los aceites de hígado de
pescado y en la leche.
·
Vitamina B5 y vitamina B6. Intervienen en las reacciones metabólicas
de las biomoléculas.
·
No se han observado alteraciones debidas a la falta de B5. La carencia
de B6 provoca anemia y convulsiones. La vitamina B5 se encuentra en la mayoría
de los alimentos; la B6, en los cereales y los frutos secos.
· Vitamina
B12: Participa en la
síntesis de ADN y en la maduración de los eritrocitos.
Su carencia causa trastornos neurológicos. Se
encuentra en la carne.
· Vitamina
C: Actúa como antioxidante
en las reacciones de óxido-reducción del metabolismo y se encarga de proteger
las mucosas. Su carencia produce escorbuto, cuyos síntomas son inflamación de
las encías e hinchazón de las articulaciones. Se encuentra en vegetales frescos
y frutas, especialmente los cítricos.
·
Vitamina A1 Participa en la formación de los pigmentos
visuales y mantiene la estructura del tejido epitelial. Su carencia causa
xeroftalmia (sequedad de la conjuntiva), alteraciones en la piel y ceguera
nocturna.Se encuentra en la yema de huevo, las verduras, el hígado de bacalao,
la mantequilla y las zanahorias.
·
Vitamina D3: Protege las membranas celulares de la
oxidación de los lípidos. Su carencia produce infertilidad en algunos animales.
Se encuentra en los aceites vegetales, la leche, los huevos y verduras.
·
Vitamina E Aumenta la absorción de calcio y fosforo en el intestino y favorece la
formación de las estructuras óseas. Su carencia produce raquitismo en los niños
y osteomalacia en los adultos. Los síntomas de estas enfermedades son el
reblandecimiento y la deformación de los huesos. Se encuentra en los aceites de
hígado de pescado, la leche entera de vaca.
·
Vitamina K1: Se encuentra en las hojas de las plantas
verdes, el hígado, los riñones y algunas frutas.
Trastornos en
la alimentación
Para seguir un estilo de vida saludable es
imprescindible que nuestra dieta sea equilibrada.
Una dieta desequilibrada o incompleta puede
conllevar numerosos problemas de salud. Hoy en día, aunque pueda parecer
contradictorio, los desequilibrios nutricionales son cada vez más frecuentes en
los países desarrollados. Así, en estos países se tiende a un excesivo consumo
de grasas y una disminución en el consumo de verduras, hortalizas y frutas.
En los países en vías de desarrollo los
problemas se deben principalmente a la carencia
de alimentos.
Los trastornos que trataremos a continuación
son la obesidad, la desnutrición, la anorexia
y la bulimia.
La anorexia y la bulimia, aunque sean
trastornos psíquicos, están íntimamente relacionados con la alimentación.
• La obesidad: Es una acumulación excesiva de grasa en el
cuerpo. Ello es debido a un consumo excesivo de alimentos grasos y dulces, que
aportan una cantidad de calorías superior a las que el cuerpo necesita.
El principal parámetro que nos indica que una
persona es obesa es presentar un peso claramente superior al peso medio. El
peso medio es un valor teórico del eso que calculamos para cada persona
teniendo en cuenta diversas características: talla, edad, sexo, etc.
Si el peso de una persona supera en un 10 y
un 15 % el peso medio, hablamos de sobrepeso. Una vez alcanzado el sobrepeso,
de forma lenta y gradual, podemos llegar hasta la obesidad. Consideramos obesidad
al aumento de peso
por encima del 25 % del peso medio. Prohibida su reproducción La obesidad no
solo reduce la esperanza de vida, sino que también agrava enfermedades como la
diabetes, la hipertensión arterial, la arteriosclerosis, la artrosis, algunos
tipos de cáncer como los de útero, colon, próstata...
El tratamiento de la obesidad consiste
principalmente en reducir progresivamente el tejido
graso e intentar alcanzar el peso ideal.
Podemos conseguirlo con una dieta que, sin dejar de ser equilibrada, no
proporcione demasiadas calorías.
También es recomendable la práctica de
ejercicio físico moderado.
• La
desnutrición: Es una deficiencia nutricional debida a una dieta baja en
proteínas y nutrientes energéticos que puede ocasionar una intensa pérdida de
peso. Generalmente, es debido a la escasez de alimentos.
Si las necesidades nutricionales no quedan
cubiertas, se originan diversos trastornos: pérdida de peso, diarreas,
hipotensión arterial, atrofia de las glándulas digestivas, deficiencias en el
sistema inmunológico.
El riesgo de desnutrición es mayor en la
población infantil, la adolescencia, durante el embarazo y en la vejez.
En la población infantil, la desnutrición
origina trastornos en el desarrollo físico y psíquico, y se padece una perdida
exagerada de peso corporal, hinchazón abdominal, predisposición a las
infecciones. y, con frecuencia a la muerte.
En los humanos, el sistema inmunológico es
esencial para su supervivencia, debido a que existen muchos patógenos
ambientales, potencialmente peligrosos, que causan un deterioro grave.
Inclusive con una barrera para estos patógenos, los humanos continúan siendo
susceptibles a infecciones graves.
Existen en los humanos dos tipos de
inmunidades, las que se describen a continuación:
Inmunidad
no específica (innata)
En este tipo de inmunidad, el organismo actúa
como defensor frente a los patógenos externos, que pueden ser microbios
pequeños como los virus y las bacterias e inclusive organismos más grandes como
nematodos. Los patógenos que se encuentran en un cuerpo, generalmente causan enfermedades. Los
organismos vivos que, cuando están en un cuerpo, causan enfermedades.
Todos los vertebrados tienen respuestas
innatas en contra de patógenos comunes; en los seres humanos, la primera
defensa involucra a barreras exteriores como la piel y las membranas mucosas.
No obstante, cuando los patógenos sobrepasan estas barreras, a través de un
corte, por inhalación, etcétera, pueden llegar a provocar daños extremadamente
graves.
Los glóbulos blancos o fagocitos normalmente combaten a estos patógenos que
atraviesan las barreras exteriores, ya que los envuelven, más tarde los
absorben y finalmente los neutralizan para que no tengan efecto sobre el cuerpo
Inmunidad específica
La inmunidad específica actúa como un complemento de la función de
los linfocitos con el sistema inmunológico innato. En contraste con la
inmunidad no específica, la específica presenta una respuesta dirigida a un
patógeno en concreto. Solamente los vertebrados presentan este tipo de
respuesta inmunitaria.
Como reacción de la inmunidad específica
actúan las células T y las células B.
Los antígenos son cuerpos extraños que provocan una
respuesta de las células T y B, son extremadamente específicas para estas células. Por lo general,
pensamos que los antígenos son parte de los microbios, pero pueden estar
presentes en otros ambientes.
Las células T se activan cuando un fagocito
en particular,
conocido como célula presentadora de antígeno (APC, por sus siglas en inglés),
muestra un antígeno específico de la célula T.
Dentro de esta combinación, se genera un
elemento activador que provoca una respuesta
inmunológica determinada. Las células
T tienen tres
subtipos, los que vamos a explicar a
continuación:
Las células T colaboradoras, realizan diversas funciones:
• Ayudar a que las células
B se activen y se
dividan en células plasmáticas.
• Llamar a los fagocitos para que destruyan los
microbios.
• Activar las células T asesinas.
Cuando ya están activadas, las células B, las
células T asesinas reconocen las células infectadas del cuerpo y las generan
una respuesta inmediata de destruir esas células.
Las células T reguladoras (o también llamadas células
T supresoras) ayudan a controlar la respuesta inmunológica; estas reconocen cuando
hay amenaza potente para el organismo, envían señales para detener y suprimir
el ataque.
El sistema nervioso
El sistema nervioso analiza todos los
estímulos captados por los órganos de los sentidos y por los receptores
internos, y también elabora respuestas. La transmisión de esta información es
llevada a cabo gracias a las características de las neuronas, que son las
células que constituyen este sistema.
Las funciones que realiza el cuerpo humano se
llevan a cabo por la coordinación del sistema nervioso, cuya unidad estructural
es la neurona y su unidad funcional es el acto reflejo. Caminar, correr, jugar,
etc. Todos los movimientos provienen de órdenes que da el sistema nervioso.
El sistema nervioso central: es el encargado
de controlar todos nuestros actos: los voluntarios y los involuntarios o
reflejos. Los movimientos voluntarios son los que deseamos realizarlos.
La función de relación nos permite percibir
información de nuestro cuerpo, tanto del interior como del exterior, para
analizarla y elaborar una respuesta adecuada. Tiene tres pasos indispensables:
percepción de la información, análisis de la información y emisión de una
respuesta.
Recibimos información del medio que nos rodea
mediante los órganos de los sentidos, estos son: la vista, el oído, el
equilibrio, el olfato, el gusto y el tacto.
La información percibida del entorno es
analizada, para este trabajo nuestro organismo cuenta con un sistema muy
complejo que se llama sistema nervioso.
El sistema nervioso es el encargado de
analizar todos los estímulos captados por los órganos de los sentidos y por los
receptores internos, y de ellos elabora respuestas.
Existen dos partes del sistema que
interactúan entre sí, debido a la cantidad de afirmación
percibida, estas son: sistema nervioso
central y sistema nervioso periférico.
El sistema endócrino está relacionado con el
nervioso. Este sistema está constituido por un conjunto de órganos, que
constituyen las glándulas endocrinas, estas glándulas están especializadas en
la elaboración de hormonas.
Las glándulas son: hipófisis, tiroides y
paratiroides, páncreas, suprarrenales, ovarios y testículos.
A continuación, estudiaremos las neuronas y
su funcionamiento en el sistema nervioso central y sistema nervioso periférico.
Las neuronas
Los cuerpos de las neuronas se agrupan y
constituyen los centros nerviosos del cerebro, como el encéfalo. Los axones de las neuronas de estos centros forman los nervios.
Las neuronas se comunican entre sí,
transmitiendo la información en pequeñas corrientes eléctricas, estas son los impulsos nerviosos.
La neurona que emite un impulso nervioso es
la neurona presináptica y la neurona que lo recibe es la neurona postsináptica. La comunicación entre las neuronas se
establece en unas uniones denominadas sinapsis, formadas por el extremo de la neurona presináptica y una dendrita de
la neurona postsináptica. El espacio que queda entre ambas es el espacio
intersináptico.
El sistema nervioso
central
El sistema nervioso central analiza la información y emite respuestas,
está formado por un gran número de neuronas. Los cuerpos de estas son de color
gris y sus axones son blanquecinos, debido a la mielina que los recubre. Por
ello, las zonas donde se acumulan cuerpos neuronales se denominan sustancia
gris y las zonas con haces de axones, sustancia blanca.
En el sistema nervioso central se distinguen
dos grandes centros nerviosos: el encéfalo y la médula espinal.
• El encéfalo está en el interior del cráneo, comprende al
cerebro, al cerebelo y al tronco encefálico.
• La médula espinal se encuentra en el interior de la columna
vertebral. Esta es la vía de conexión entre el encéfalo y el resto del cuerpo.
Todo el sistema nervioso central está
recubierto por tres membranas, denominadas meninges, separadas entre sí por el líquido
cefalorraquídeo. La función de las
meninges y del líquido cefalorraquídeo es proteger el sistema nervioso central,
amortiguando los efectos que pueden causar los movimientos bruscos del cuerpo.
A continuación, vamos a estudiar las
características de cada uno de los órganos que componen el encéfalo:
Cerebro
El cerebro se divide en dos mitades
denominadas hemisferios.
La corteza cerebral es la parte externa y
presenta numerosos repliegues denominados circunvoluciones cerebrales. La
corteza cerebral está formada por sustancia gris, mientras que la sustancia
blanca constituye la parte interna del cerebro.
Según la función, en la corteza, se
distinguen diferentes áreas.
• Corteza motora. Se encarga de enviar una
señal a través de los nervios a los músculos para que realicen el movimiento.
• Corteza sensorial. Recibe la información de
los receptores del tacto, la temperatura, el dolor y el gusto a través de los
nervios.
• Corteza visual. Recibe las sensaciones
visuales.
• Corteza auditiva. Recibe los estímulos
sonoros.
• Corteza de asociación. Analiza la
información y elabora las respuestas.
En esta área tienen lugar las funciones
relacionadas con la memoria, el pensamiento y la capacidad de decisión.
El sistema nervioso periférico
El sistema nervioso periférico está compuesto por el sistema nervioso
somáticos (conformado por los nervios craneales y los espinales) y el sistema
nervioso autónomo (también llamado vegetativo), constituido por el sistema
simpático y el sistema parasimpático.
Este sistema, comunica el sistema nervioso
central con los órganos de los sentidos y con los órganos encargados de
ejecutar las respuestas. Está constituido por toda la red de nervios que
recorre nuestro cuerpo, los que parten del encéfalo y la médula espinal. Según su
función, distinguimos dos tipos de nervios: los nervios sensitivos y los
motores.
• Los nervios sensitivos están formados por neuronas sensitivas y se
encargan de transmitir la información desde los órganos de los sentidos hasta
el sistema nervioso central.
• Los nervios motores están formados por neuronas motoras y
transmiten los impulsos nerviosos desde el sistema nervioso central hasta los
diferentes órganos del cuerpo, donde se ha de producir una respuesta.
Todos los nervios que salen del cerebro, cerebelo,
tronco encefálico y médula espinal tienen como destino final los músculos y el
resto del cuerpo.
Los nervios motores constituyen dos tipos de
red nerviosa, según el tipo de movimientos
que controlen. Así distinguimos la red
nerviosa somática y la red nerviosa autónoma.
Tipos
de nervios
Según el órgano del que parten distinguimos
los nervios craneales y los raquídeos.
• Los nervios craneales son los que salen del
encéfalo. Algunos están formados por neuronas sensitivas, otros por motoras y
otros por ambas.
• Los nervios raquídeos son los que parten de
la médula; todos ellos contienen neuronas sensitivas y motoras.
Red nerviosa somática: Controla generalmente movimientos voluntarios de los músculos. En concreto, controla la musculatura esquelética.
Red nerviosa autónoma: Controla movimientos
involuntarios de los músculos. Particularmente controla la musculatura cardíaca
y la lisa, como la de los vasos sanguíneos y la de los conductos de los
diversos sistemas.
Alteraciones del sistema nervioso
Conmoción:
Una conmoción se asocia directamente con el
cerebro esta alteración es causada por un golpe seco en la cabeza, u con frecuencia. Esta
perturbación va acompañada de ausencia temporal del conocimiento, y pueden
presentarse vómitos, dolor de cabeza, falta de concentración, irritabilidad y
de memoria.
Las conmociones son muy frecuentes en los deportistas, especialmente en
aquellos que
tienen riesgo de recibir golpes, como los futbolistas o los luchadores.
Convulsiones:
En esta alteración se producen contracciones
musculares de forma muy violenta, estas pueden ser cortas y se dan de manera muy recurrente. Las convulsiones
pueden ser de larga duración o se pueden presentar como ligeras sacudidas que
duran segundos. Estas se podrían presentar como síntoma frente a otras
enfermedades: la epilepsia, diferentes formas de envenenamiento, nutrición no
balanceada y defectuosa y enfermedades como la meningitis o el tétanos.
Epilepsia: Consiste en
momentos periódicos e incontrolables de confusión, de la atención o del
conocimiento.
La causa de la epilepsia es a menudo desconocida. Sin embargo, a esta
alteración la clasificamos en dos tipos conocidos como petit mal y gran
mal. El petit mal se presenta como una momentánea de conciencia
y dura cerca de un segundo. Los ataques de gran mal generalmente van seguidos por otros efectos, como sensaciones extrañas
del olfato, del gusto y del tacto. El ataque en sí supone la pérdida del
conocimiento y la tiesura de los miembros del afectado, este dura
aproximadamente unos treinta segundos, y puede ser seguido de contracciones
musculares rítmicas. Frecuentemente, los ataques epilépticos suceden cuando se
tiene ataques gran
mal consecutivos.
Parálisis:
Esta anomalía se presenta con la pérdida de
la fuerza de un músculo o de un grupo de músculos. Generalmente, viene
acompañada por una evidente incapacidad y deterioro de funciones específicas
como el
pestañeo, el habla, la emisión de orina, el control de esfínteres o la utilización de un miembro. La parálisis, comúnmente, se da porque
hay algún tipo de daño en el sistema nervioso.
La ansiedad es una emoción que se presenta de forma normal, como respuesta a
ciertas situaciones conflictivas, como un accidente o un examen. Sin embargo,
si se presenta sin una causa aparente, debe considerarse un trastorno. En este
caso, la ansiedad se debe a alteraciones en algunos neurotransmisores. Los
síntomas de esta alteración pueden ser físicos y psíquicos, como dificultad al
respirar, temblores, aceleración del ritmo cardíaco, o
bien intranquilidad, miedo, inseguridad, etcétera.
El tratamiento de la ansiedad consiste principalmente en la atención
psicológica. En algunos casos, se administran medicamentos que atenúen la
sensación de malestar.
El Alzheimer: es un trastorno mental grave debido a la degeneración temprana y
acelerada
de neuronas y a la alteración de la comunicación entre ellas.
Los síntomas de esta enfermedad degenerativa son: la pérdida de la
memoria y de la orientación, la incapacidad de aprendizaje y de razonamiento,
así como el deterioro de las capacidades y habilidades adquiridas.
Estos síntomas se intensifican con el paso del tiempo.
En la actualidad, no se conoce cura para esta enfermedad, aunque pueden
aplicarse algunos tratamientos que mejoren la vida del paciente.
El sistema endócrino
El sistema endócrino es el encargado de
llevar a cabo la respuesta hormonal; es decir, la segregación, como reacción a
un estímulo, de unas sustancias denominadas hormonas que controlan el
funcionamiento de ciertos órganos.
Este sistema está constituido por las glándulas
endocrinas, que están
especializadas en la elaboración de hormonas. Las hormonas
son moléculas
orgánicas, de naturaleza lipídica o proteica, que son vertidas en la sangre,
que las transporta hasta los órganos en los que deben actuar, estos se conocen
como órganos diana.
La actividad de las glándulas endocrinas está
controlada por el hipotálamo, que es una agrupación de neuronas situada
en la parte inferior del cerebro, con función secretora.
Las principales glándulas endocrinas del cuerpo
humano son las siguientes:
|
Ubicación
|
Función
|
Hipófisis
Pequeña estructura glandular. Se divide en
dos lóbulos.
|
Situada bajo el hipotálamo
|
Segrega hormonas, entre las que destacan:
• Hormona del crecimiento: activa el
crecimiento y el desarrollo corporal.
• Prolactina: estimula la secreción de leche
después del parto.
•Hormona foliculoestimulante: activa la
producción de los gametos.
|
Tiroides
|
Es una glándula situada en la base del
cuello, junto a la tráquea.
|
Segrega tiroxina, hormona que activa
funciones celulares como la síntesis de proteínas, especialmente durante
épocas de crecimiento.
|
Paratiroides
|
Es una pequeña glándula situada en la parte
posterior de la tiroides.
|
Segrega paratiroidea que regula la
formación de los huesos.
|
Páncreas
|
Glándula anexa del sistema digestivo,
situada a la altura de la cintura, en el lado izquierdo del cuerpo.
|
Segrega hormonas como la insulina y el
glucagón.
|
Glándulas
suprarrenales
|
Son pequeñas glándulas ubicadas en la parte
superior de cada riñón
|
Estas producen hormonas imprescindibles
para la vida, incluyendo hormonas sexuales y cortisol. El cortisol ayuda a
responder al estrés y tiene muchas otras funciones importantes.
|
Hipertiroidismo
|
Es una enfermedad que produce exceso de
actividad de la glándula tiroides y el
de hormonas tiroideas. Los síntomas pueden presentarse con taquicardias,
temblores, nerviosismo y pérdida de peso.
|
La glándula tiroides produce y libera una
cantidad excesiva de la hormona tiroidea.
|
Hipotiroidismo
|
En esta enfermedad el metabolismo se hace
más lento y se desarrollan otros síntomas como aumento de la sensibilidad al
frío, estreñimiento, aumento de peso, entre otros. Los síntomas pueden ser
diferentes según el caso; estos son, principalmente, fatiga y pereza leves.
El tratamiento se da mediante la
administración de una hormona tiroidea sintética para que, de ese modo, se regulen
los niveles hormonales.
|
Se produce cuando la glándula tiroides,
situada en la parte frontal del cuello, no produce suficiente cantidad de
hormonas tiroideas.
|
Glándulas suprarrenales: ¿Como se produce la secreción hormonal?
La secreción hormonal está controlada por el sistema nervioso
central, concretamente por el hipotálamo. El hipotálamo recibe información de estímulos internos y
externos a través de los órganos de los sentidos. Estos estímulos se procesan y
luego se elabora una respuesta.
Las neurohormonas estimulan o inhiben la
acción de la hipófisis. Cuando se estimula la hipófisis, esta segrega hormonas
que actúan directamente sobre los órganos diana o también sobre hormonas que
tienen como función estimular otras glándulas endocrinas.
De este modo, se establece un complejo
mecanismo en el que el sistema nervioso controla al sistema endocrino y este, a
su vez, regula los procesos fisiológicos del organismo.
Veamos un ejemplo de regulación hormonal
sobre la concentración de glucosa:
1. Después de una comida, aumentan los niveles
de glucosa en la sangre. Esta variación del medio interno hace que el páncreas
secrete insulina. La insulina estimula la absorción de la glucosa, por parte de
las células, para que disminuya su concentración en la sangre.
2. Al contrario, cuando pasamos mucho tiempo sin
comer, los niveles de glucosa en la sangre bajan. Esta variación del medio
interno hace que otras células del páncreas secreten la hormona glucagón. El
glucagón facilita el paso a la sangre de la glucosa que se encuentra en las
células.
La regulación de los niveles de glucosa
en la sangre es un
proceso viable gracias a la acción.
-Diabetes: Esta enfermedad metabólica es considerada como una de las más crónicas a
nivel mundial y consiste en el aumento de los niveles de azúcar en la sangre.
La insulina, que es una hormona producida por
el páncreas, regula la cantidad de azúcar;
la escasez en la producción de esta puede ser
otra causa para padecer diabetes.
Las personas con diabetes presentan
generalmente hiperglucemia, debido a que su cuerpo no puede movilizar el azúcar
hasta los adipocitos hepáticos y las células musculares para que este sea
almacenado como energía.
Los síntomas más comunes son: visión borrosa,
sed excesiva, fatiga, micción fuerte, hambre y de peso; su tratamiento consiste
en medicamentos, dieta y ejercicios.
El sistema Excretor y Urinario
Se denomina excreción al proceso mediante el
cual el organismo elimina los productos de desecho procedentes de las
reacciones metabólicas que tienen lugar en las células. Estos
residuos cuando alcanzan cierta concentración
pueden resultar tóxicos para las propias células, por lo que han de ser
expulsadas fuera del organismo.
Las funciones del sistema excretor son:
- Mantener el equilibrio hídrico del
organismo y la composición química de la sangre.
- Expulsar o excretar los productos
residuales de la actividad celular y de otras sustancias presentes en exceso en
la sangre.
En el proceso de excreción participan los
siguientes órganos
Además de los riñones, existen otras
partes del organismo que también eliminan sustancias de desecho.
El sistema excretor comprende el sistema
digestivo, el sistema respiratorio, las glándulas sudoríparas y el aparato
urinario.
1) El CO2 que se elimina en el proceso de
espiración de la respiración a través de los pulmones.
2) La piel también actúa como órgano excretor
mediante las glándulas sudoríparas que segregan sudor, también formado
por sustancias extraídas de la sangre. Tiene una composición similar a la
orina, pero con más cantidad de agua.
3) Hígado. Además de sus importantes
funciones metabólicas, actúa como órgano de excreción de algunas sustancias
como los pigmentos biliares (procedentes de la destrucción de la hemoglobina).
4) Riñones. Son nuestros principales
órganos excretores y desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento y
constancia del medio interno, ya que regulan no solo el volumen sino también la
concentración de muchos compuestos
Órganos y
partes del aparato urinario
El aparato urinario está formado por los
riñones y las vías urinarias.
• Los
riñones: Son dos órganos
situados uno a cada lado de la columna vertebral, por encima de la cintura. En
estos órganos se produce la orina a partir de la filtración de la sangre.
• Las
vías urinarias: Conducen y
acumulan la orina hasta el momento de ser expulsada del cuerpo. Están
constituidas por los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra.
• Los
uréteres: Son dos conductos
que conducen la orina hasta la vejiga urinaria. Cada uno de ellos parte de un
riñón.
• La
vejiga urinaria: Es un órgano
situado al final de los uréteres en el que se acumula la orina.
• La
uretra: Es un órgano en
forma de tubo que parte de la vejiga. Se abre al exterior mediante un esfínter
para expulsar la orina.
La formación
de orina: Cada riñón contiene, aproximadamente, un millón de nefronas, que son pequeñas estructuras encargadas de filtrar la sangre y formar la orina. Cada nefrona consta de un glomérulo
renal, que es un ovillo
de capilares envueltos por la capsula de Bowman, y un túbulo renal.
En el glomérulo se filtra la sangre, de modo
que una mezcla de agua sustancias pasa a la capsula de Bowman.
Esta mezcla sale hacia el túbulo renal, donde
gran parte del agua y de las sustancias que son aprovechables es reabsorbida
por capilares adyacentes. Además, desde estos capilares se excretan
directamente a los túbulos renales otras sustancias. Las nefronas se disponen
en el riñón de forma que el glomérulo se encuentra en la parte más externa,
mientras que el túbulo renal se adentra hacia la parte central. Los túbulos
renales se agrupan formando unos conos o pirámides renales.
Las sustancias de desecho y parte del agua de
los túbulos renales, es decir, la orina se dirige hacia los uréteres a través
de la pelvis renal.
Las paredes de los uréteres contienen tejido
muscular que genera movimientos peristálticos. Estos movimientos impulsan la
orina hacia la vejiga y de allí, a través de la uretra, se expulsa al exterior.
Estructura del riñón: Los riñones son
órganos especializados en realizar la función de excreción. Están situados a
ambos lados de la columna vertebral, en la parte posterior del abdomen. Tienen
forma de judía y son de color rojizo-marrón. Su tamaño es aproximadamente 6 cm.
El cuerpo principal del riñón también presenta tres capas: corteza renal,
repleta de nudos de capilares denominados glomérulos y sus capsulas, a
continuación, la médula renal, que contiene los capilares y los
túbulos que forman la orina, y un espacio central donde se recoge la orina, la pelvis
renal. Los glomérulos, las capsulas y los túbulos forman parte de las
unidades filtrantes, NEFRONAS, que se encargan de extraer de la sangre
los productos de desecho, sales minerales y agua. Cada riñón está conectado a
la vejiga por un tubo largo llamado uréter que descarga la orina. La vejiga
es un órgano muscular hueco en el centro de la pelvis que almacena la orina
hasta el momento de su evacuación. A partir de cierto volumen, los receptores
de la pared transmiten los impulsos nerviosos que inician un deseo consciente
de orinar. En ese momento la uretra conduce la orina desde la vejiga al
exterior.
La
salud del sistema excretor
Nuestro sistema excretor puede verse
directamente afectado por varios trastornos, algunos de los cuales podemos
prevenir o atenuar si seguimos los siguientes hábitos:
• Beber dos litros de agua al día; ello
favorece el funcionamiento de los riñones.
• Efectuar entre cuatro y seis micciones
diarias aproximadamente. Retener la orina en la vejiga puede resultar nocivo y
favorecer la aparición de infecciones.
• Evitar que, durante el uso de papel
higiénico, entren en contacto la uretra y el ano, lo que puede originar
infecciones de orina. Algunas enfermedades del sistema excretor son:
•
Insuficiencia renal: Es un trastorno de los riñones que produce deficiencias en el filtrado
de la sangre, lo que aumenta las sustancias de desecho en la sangre. Las causas
pueden ser muchas: una hemorragia, la hipertensión arterial, un infarto de
miocardio, etc. Los síntomas pueden ser un descenso en el volumen de orina evacuado,
anemia, náuseas, etc. El tratamiento consiste en la hidratación del paciente y
la administración de medicamentos que eviten la retención de orina.
•
Pielonefritis: Es una
inflamación del riñón debido a una infección. Los síntomas son fiebre, dolor lumbar,
sensación de ardor al orinar, etc. El tratamiento consiste en la administración
de medicamentos para combatir la infección.
La sangre llega al riñón por la arteria renal
(rama de la aorta que lleva sangre cargada de productos de desecho hacia el riñón)
y allí es filtrada por la nefrona. El proceso tiene lugar
en dos fases diferentes:
En el
corpúsculo, la sangre que circula por los capilares del glomérulo es filtrada
hacia el
interior de la capsula. Ambos espacios están
separados por una delgada capa de células que permiten el paso de moléculas
pequeñas (agua, sales, glucosa, aminoácidos, urea, y ácido úrico) pero impiden
el paso de grandes moléculas, como las proteínas y los lípidos, y de células
sanguíneas.
El
filtrado avanza por el túbulo de la nefrona y en su recorrido se produce la
reabsorción de la mayoría de las sustancias útiles y del 99% del agua filtrada.
La glucosa y los aminoácidos se reabsorben en su totalidad, mientras que las
sales y la urea se absorben en menor cantidad. Esta diferencia en la
reabsorción es esencial para la función reguladora de los riñones.
Todo el plasma sanguíneo se filtra unas dos
veces cada hora y produce al día 1,5 L de orina diarios de promedio.
1) La sangre que contiene glucosa, proteínas
y urea entra en la nefrona y se dirige hacia el glomérulo, este filtra la
sangre y se segregan las sustancias superfluas como sales, agua y urea que
pasan a la capsula de Bowman.
2) En el túbulo convoluto proximal,
otras sustancias innecesarias se segregan con la circulación de la sangre
filtrada, por otro lado, la glucosa, el agua y algunas sales se reabsorben en
la sangre desde el túbulo.
3) La solución que procede del glomérulo
recorre el túbulo y en el asa de Henle el agua y las sales se bombean fueran
del túbulo y la orina se vuelve más concentrada.
4) La sangre filtrada sale de la nefrona
hacia la vena renal.
5) En el túbulo convoluto distal, se
ajusta el contenido de agua de la orina, que es conducida hacia el conducto
colector de orina que recoge la orina de otras nefronas para transportarla
a la pelvis renal.
Los productos de desecho más comunes son la urea,
fabricada por el hígado y procedente de la degradación de los aminoácidos y el ácido
úrico, que procede de la degradación de las bases nucleares de los ácidos
nucleicos, estos junto con el agua forman la orina. Su volumen y composición
varían para mantener el equilibrio del medio corporal interno.
Regulación de la función renal
Los desechos disueltos en la sangre se
eliminan con agua y sales minerales, pero estas sustancias son al mismo tiempo
necesarias para el buen funcionamiento del organismo. Debe alcanzarse un
equilibrio, por tanto, los riñones tienen una doble función: función
depuradora que permite la excreción de las sustancias de desecho
procedentes del metabolismo celular y función reguladora contribuye a
mantener constante la cantidad de agua y sales minerales del medio interno.
La regulación de la función renal está
relacionada íntimamente con las hormonas que segregan los riñones, como es el
caso de la Renina, que es segregada por el riñón en respuesta a
determinados estímulos, también la Eritropoyetina que regula la
formación de eritrocitos.
La información genética
Las leyes
de Mendel (en conjunto conocidas como genética mendeliana) son el
conjunto de reglas básicas sobre la transmisión por herencia genética de las características de los organismos padres a sus
hijos. Estas reglas básicas de herencia constituyen el fundamento de la genética. Las leyes
se derivan del trabajo realizado por Gregor Mendel publicado
en el año 1865 y en 1866, aunque fue ignorado durante mucho tiempo hasta su
redescubrimiento en 1900.
1.ª ley de Mendel: Principio de la uniformidad de los heterocigotos de la
primera generación filial: Establece que si se cruzan dos razas puras (un
homocigoto dominante con uno recesivo) para un determinado carácter, los
descendientes de la primera generación serán todos iguales entre sí, fenotípica
y genotípicamente, e iguales fenotípicamente a uno de los progenitores (de
genotipo dominante), independientemente de la dirección del cruzamiento.
Expresado con letras mayúsculas las dominantes (A = amarillo) y minúsculas las
recesivas (a = verde), se representaría así: AA x aa = Aa, Aa, Aa, Aa. En pocas
palabras, existen factores para cada carácter los cuales se separan cuando se
forman los gametos y se vuelven a unir cuando ocurre la fecundación.
|
|||||||||||
|
|
|
2.ª ley de Mendel:
Ley de la segregación de los caracteres en la segunda generación filial:
Esta ley establece
que durante la formación de los gametos, cada alelo de un par se separa del
otro miembro para determinar la constitución genética del gameto
filial.
Es muy habitual representar las posibilidades de hibridación mediante un cuadro de Punnett. Mendel obtuvo esta ley al
cruzar diferentes variedades de individuos heterocigotos (diploides con dos variantes
alélicas del mismo gen: Aa) y pudo observar en sus experimentos que obtenía
muchos guisantes con características de piel amarilla y otros (menos) con
características de piel verde, comprobó que la proporción era de 3/4 de color
amarilla y 1/4 de color verde (3:1). Aa x Aa = AA, Aa, Aa, aa.
|
A
|
a
|
A
|
Aa
|
Aa
|
a
|
Aa
|
aa
|
Según la interpretación actual, los dos alelos, que
codifican para cada característica, son segregados durante la producción de gametos mediante una división celular meiótica. Esto
significa que cada gameto va a contener un solo alelo para cada gen. Lo cual
permite que los alelos materno y paterno se combinen en el descendiente,
asegurando la variación.
Para cada característica, un organismo hereda dos
alelos, uno de cada progenitor. Esto significa que en las células somáticas, un
alelo proviene de la madre y otro del padre. Estos pueden ser homocigotos o
heterocigotos.
3.ª Ley de Mendel: Ley de
la independencia de los caracteres hereditarios: En ocasiones es descrita como
la 2.ª ley, en caso de considerar solo dos leyes (criterio basado en que Mendel
solo estudió la transmisión de factores hereditarios y no su
dominancia/expresividad). Mendel concluyó que diferentes rasgos son heredados
independientemente unos de otros, no existe relación entre ellos, por lo tanto
el patrón de herencia de un rasgo no afectará al patrón de herencia de otro.
Solo se cumple en aquellos genes que no están ligados (es decir, que están en
diferentes cromosomas) o que están en regiones muy separadas del mismo
cromosoma. En este caso la descendencia sigue las proporciones. Representándolo
con letras, de padres con dos características AALL y aall (donde cada letra
representa una característica y la dominancia por la mayúscula
o minúscula), por entrecruzamiento de razas puras (1.ª Ley), aplicada a dos
rasgos, resultarían los siguientes gametos: AL x al = AL, Al, aL, al.
|
AL
|
Al
|
aL
|
al
|
||||
AL
|
AL-AL
|
Al-AL
|
aL-AL
|
al-AL
|
||||
Al
|
AL-Al
|
Al-Al
|
aL-Al
|
|
||||
|
AL-aL
|
Al-aL
|
|
al-aL
|
||||
al
|
AL- al
|
Al- al
|
|
|
Al intercambiar entre estos cuatro gametos, se
obtiene la proporción AALL, AALl, AAlL, AAll, AaLL, AaLl, AalL, Aall, aALL,
aALl, aAlL, aAll, aaLL, aaLl, aalL, aall.
Como conclusión tenemos: 9 con "A" y
"L" dominantes, 3 con "a" y "L", 3 con
"A" y "l" y 1 con genes recesivos "aall".
Patrones de herencia mendeliana
Mendel describió dos tipos de "factores"
(genes) de acuerdo a su expresión fenotípica en la descendencia, los dominantes y
los recesivos, pero existe otro factor a tener en cuenta en organismos dioicos y es el hecho de
que los individuos de sexo femenino tienen dos cromosomas X (XX) mientras los
masculinos tienen un cromosoma X y uno Y (XY), con lo cual quedan conformados
cuatro modos o "patrones" según los cuales se puede trasmitir una mutación simple:
- Gen dominante ubicado en un autosoma (herencia autosómica
dominante).
- Gen recesivo ubicado en un autosoma (herencia autosómica recesiva).
- Gen dominante situado en el cromosoma X (herencia dominante ligada
al cromosoma X).
- Gen recesivo situado en el cromosoma X (herencia recesiva ligada al
cromosoma X).
Genotipo: factores
hereditarios internos de un organismo, sus genes y por extensión su genoma.
Fenotipo: las cualidades
físicas observables en un organismo, incluyendo su morfología, fisiología y
conducta a todos los niveles de descripción.
Alelo: es cada una de
las variantes de un locus. Cada alelo aporta diferentes variaciones al carácter
que afecta. En organismos diploides (2n) los alelos de un mismo locus se ubican
físicamente en los pares de cromosomas homólogos.
Cariotipo: composición
fotográfica de los pares de cromosomas de una célula, ordenados según un patrón
estándar. En un cariotipo encontramos el conjunto de características que
permiten reconocer la dotación cromosómica de una célula.
Línea pura: es la
descendencia de uno o más individuos de constitución genética idéntica,
obteniéndose por autofecundación o cruces endogámicos. Son individuos
homocigotos para todos sus caracteres.
Dominancia, Alelo
dominante:
predominio de la acción en un alelo sobre la de su alternativo (llamado alelo
recesivo), enmascarando u ocultando sus efectos. El carácter hereditario
dominante es el que se manifiesta en el fenotipo (conjunto de las propiedades
manifiestas en un individuo). Según la terminología mendeliana se expresa como
A>a (el alelo A domina sobre el alelo a, el carácter que determina, es por
tanto el que observaremos en el fenotipo).
Recesividad, Alelo
recesivo:
característica del alelo recesivo de un gen que no se manifiesta cuando está
presente el alelo dominante. Para que este alelo se observe en el fenotipo, el
organismo debe poseer dos copias del mismo alelo, es decir, debe ser homocigoto
para ese gen (según la terminología mendeliana, se expresaría como “aa”).
Meiosis: es el proceso de
división celular que permite a una célula diploide generar células haploides en
eucariotas. En este proceso se produce una replicación del DNA (en la fase S) y
dos segregaciones cromosómicas, de manera que de una célula inicial diploide se
obtienen cuatro células haploides.
Homocigoto: individuo puro
para uno o más caracteres, es decir, que en ambos loci posee el mismo alelo
(representado como aa en el caso de ser recesivo o AA si es dominante).
Heterocigoto: individuo que
para un gen, tiene un alelo distinto en cada cromosoma homólogo. Su
representación mendeliana es “Aa”.
Híbrido: es el resultado del cruzamiento o apareamiento de
dos individuos puros homocigotos (uno de ellos recesivo y el otro dominante)
para uno o varios caracteres.
Gameto: célula sexual
que procede de una estirpe celular llamada línea germinal, en los seres
superiores tienen un número de cromosomas haploide (n) debido a un tipo de
división celular llamado meiosis que permite reducir el número de cromosomas a
la mitad. El gameto femenino se denomina óvulo; el gameto masculino recibe el
nombre de espermatozoide.
Cigoto o huevo: célula
resultante de la unión de dos gametos haploides (es por tanto, diploide, 2n).
Generalmente, experimenta una serie de divisiones celulares hasta que se
constituye en un organismo completo. Su citoplasma y sus orgánulos son siempre
de origen materno al proceder del óvulo.
Haploide: que posee un
solo juego de cromosomas (n), característico de los gametos eucariotas y los
gametofitos de las plantas.
Diploide: que tiene doble
juego de cromosomas (2n). Características de las células somáticas.
Autosoma: todo cromosoma
que no sea sexual.
El ciclo celular
Las células que se pierden, tienen que ser
sustituidas por otras; de ello se ocupa la división celular, que implica tres
procesos:(interfase), (mitosis o meiosis) y citoplasma (citocinesis).
El ciclo celular es el conjunto de cambios
que ocurren en una célula desde que se forma, a partir de otra anterior, hasta
que se divide para dar lugar a dos células hijas. Se divide en
dos fases:
- Interfase: la célula crece y sintetiza diversas
sustancias. es el periodo que hay entre dos mitosis sucesivas (consecutivas, seguidas) y es la fase más larga del ciclo
celular. Aumenta mucho el tamaño de la célula. En ella hay 3 periodos o fases:
- Fase
G1: la célula aumenta
de volumen hasta alcanzar el tamaño de su forma celular típica, a la vez que se sintetizan
las proteínas necesarias para la división celular. Comienza cuando
termina la mitosis y dura hasta que empieza la duplicación del ADN.
- Fase
G0: algunas células no
entran nunca en mitosis y permanecen siempre en esta fase. Ocurre en células que están muy
especializadas en una función determinada.
-Fase
S: se produce la
duplicación del ADN. Por tanto, cada cromosoma está formado por dos cromáticas iguales.
- Fase
G2: es el periodo que ocurre desde que termina la duplicación del ADN hasta que
empieza la mitosis. Es muy corta y la célula
aumenta muy poco de tamaño, se sintetizan las proteínas que faltan necesarias
para la división celular y se duplican los centriolos. Termina cuando
se empiezan a condensar (organizar) los cromosomas.
Fase
M (mitosis y citocinesis): es el proceso de división del núcleo por el cual una célula
madre forma dos células hijas, iguales entre
sí y con el mismo número de cromosomas que la madre. En ella se distinguen 4 fases:
- Profase:
Los cromosomas se empiezan a organizar y se pueden observar al microscopio. Cada cromosoma está formado por
dos cromátidas iguales (que se duplicaron en la fase S del ciclo).
Los centriolos (que se duplicaron en la fase G2 del ciclo) se separan y van hacia lados (polos) opuestos de la célula. Se
forma el huso mitótico entre ellos. Desaparecen a envoltura nuclear y el
nucléolo, dejando los cromosomas libres en el citoplasma.
- Metafase: Los cromosomas están totalmente condensados
(organizados, es cuando mejor se ven). El huso mitótico esta entre los lados
opuestos de la célula. Se forma la placa metafísica que es el conjunto de los cromosomas en el
ecuador de la célula (en la parte central). Cada cromática de cada cromosoma queda
orientada hacia un polo de la célula.
- Anafase: Las dos cromáticas de cada cromosoma van
hacia polos opuestos (contrarios) de la célula. Termina cuando las cromáticas
(ya cromosomas) llegan a los polos.
- Telofase:
Los nucléolos vuelven a aparecer y los cromosomas se desorganizan por lo que ya
no se ven. Aparecen dos nucléolos y dos envolturas nucleares que rodean a los
dos nuevos grupos de
cromosomas, una en cada polo de la célula.
Meiosis
Es un tipo de división celular en el que se
producen 4 células hijas con la mitad de cromosomas que la célula madre. Solo
puede ocurrir en células diploides (2n) que son las
células germinales y su objetivo es producir células
haploides (n) que son los gametos de los organismos que se reproducen
sexualmente.
Las características básicas son:
A
partir de una célula 2n se obtienen 4 células n genéticamente diferente entre sí y de la
célula madre. El número de cromosomas se reduce a la mitad. Se produce el
fenómeno de recombinación genética o intercambio de
material genético entre cromátidas
de cromosomas homólogos.
Consta
de dos divisiones sucesivas, Meiosis I y Meiosis II. La primera se
denomina
meiosis
reduccional y la segunda ecuacional.
Meiosis
I
Se trata de una división reduccional
porque los núcleos de
las células hijas tienen ya la mitad de cromosomas que la célula madre. En esta
primera división meiótica se aparean los cromosomas homólogos y se produce el intercambio de
material genético.
Profase
I: Es la etapa más
proceso y se divide en 5 subetapas: los cromosomas se empiezan a
condensar y a hacerse visibles. Cada uno está formado por dos cromátidas
estrechamente unidas y ancladas por sus extremos a la envoltura nuclear.
Los
cromosomas homólogos se aparean punto por punto en toda su longitud. Este
apareamiento se llama sinapsis y forma una estructura de 4 cromátidas que se
llama tétrada o bivalente.
Se produce el sobre cruzamiento
(crossing-over) o intercambio de material genético entre las cromátidas de los
cromosomas homólogos. La consecuencia es la recombinación génica (intercambio
de genes).
Los cromosomas homólogos comienzan a separarse, aunque permanecen
unidos por los puntos donde ha tenido lugar el sobre cruzamiento, denominados
quiasmas.
Los cromosomas se condensan al máximo y sus
dos cromátidas ya son visibles. Las cromátidas hermanas están unidas por sus
centrómeros y los cromosomas homólogos por los quiasmas. Desaparece la membrana
nuclear, nucléolo y se forma el huso mitótico.
Metafase I: Similar a la de mitosis con la diferencia que
en la zona ecuatorial se disponen las tétradas unidas por los quiasmas.
Los cinetocoros (estructura proteica donde se anclan los microtúbulos del huso
mitótico) de las cromátidas hermanas están fusionados y se orientan hacia el
mismo polo.
Anafase I: Se separan los pares de cromosomas homólogos
hacia polos
opuestos de la célula. Por tanto, no se
separan cromátidas (como en el anafase mitótico)
sino cromosomas completos, en los que ha
habido recombinación genética.
Telofase I: Se vuelven a formar las membranas nucleares y
los nucléolos y los cromosomas se descondensan levemente. Se obtienen dos
células hijas con la mitad de cromosomas que la célula madre, y con dos
cromátidas por cromosoma.
Meiosis II:
Se trata de una división
ecuacional igual que la de una mitosis normal. Esta segunda división mitótica
ocurre simultáneamente en las dos células hijas. Antes de empezar, puede existir
un periodo corto de interfase en el que no hay duplicación de ADN.
Profase II: Desaparece la membrana nuclear, los
cromosomas se condensan y se forma el huso acromático o mitótico.
Metafase
II: Los cromosomas forman la placa ecuatorial o metafasica. Cada uno está
formado por dos cromátidas unidas por el centrómero.
Anafase II: Se separan los centrómeros y cada cromátida
migra hacia polos opuestos.
Telofase II: Se forma la envoltura nuclear alrededor de
los cromosomas, que se descondensan. Se producen cuatro células hijas con la
mitad de cromosomas. Son, por tanto, células haploides y genéticamente
distintas.
Significado biológico de la mitosis y la
meiosis
La mitosis es el proceso por el cual los
organismos eucariotas unicelulares se reproducen asexualmente. En el caso de
los pluricelulares, se utiliza para crecer y desarrollarse a partir del cigoto
o para regenerar células, tejidos y órganos.
La meiosis permite la conservación del número
de cromosomas de cada individuo, generación tras generación y, por tanto, del
número cromosómico de cada especie. Además, aumenta la variabilidad genética de
los individuos y las especies que, junto con las mutaciones, son los mecanismos
sobre los que actúa la evolución mediante selección natural.
La función de la reproducción
La función de reproducción permite a los
seres vivos obtener nuevos individuos similares
a ellos. En la especie humana, la
reproducción tiene lugar a partir de la unión de una célula femenina llamada óvulo
y de una célula
masculina llamada espermatozoide.
Los óvulos son células esféricas mucho
mayores que los espermatozoides, que tienen forma alargada. Como veremos, la
unión de ambos se denomina fecundación, como resultado de esta se forma una nueva
célula: el cigoto o célula huevo, a partir de la cual se desarrolla el nuevo
individuo.
La fecundación y el desarrollo del nuevo ser
tienen lugar en el interior del cuerpo de la madre y es por ello que el aparato
reproductor del hombre y el de la mujer son distintos.
La formación de los espermatozoides tiene
lugar en los túbulos seminíferos. En estos túbulos se encuentran las células
precursoras de los espermatozoides, que se transforman
dando lugar a estos. Una vez formados, los
espermatozoides salen de los testículos hacia el epidídimo, donde maduran.
Posteriormente pasan a los conductos diferentes, en los que se desplazan y
siguen avanzando hasta la uretra.
En estos conductos, los espermatozoides
acaban de madurar. Por su parte, las vesículas seminales y la próstata
producen, respectivamente, el líquido seminal y el prostático.
Durante la fase previa a la eyaculación,
también intervienen las denominadas glándulas de Cowper. Estas secretan un líquido que se vierte a
la uretra y que tiene la función de limpiarla y rectificar su pH para adecuarlo
al paso de los espermatozoides. Este líquido también puede transportar
espermatozoides, aunque en un número reducido.
Cuando se produce la eyaculación, los
espermatozoides salen del sistema reproductor y estos son liberados junto con
el líquido seminal y el prostático. Esta mezcla constituye el semen, un líquido
blanquecino que se expulsa a través de la uretra.
En cada eyaculación se arrojan cientos de
millones de espermatozoides.
Las hormonas
masculinas
En los testículos también se sintetiza la testosterona, hormona necesaria para la formación de los
espermatozoides, que origina la diferenciación entre el aparato reproductor
masculino y el femenino, y determina las características físicas del hombre
adulto.
El líquido seminal contiene otras hormonas:
las prostaglandinas, que se sintetizan en las vesículas seminales. Su función es la de
estimular las contracciones del útero después de una relación sexual para
facilitar el avance de los espermatozoides a través del aparato reproductor
femenino.
La formación de espermatozoides se inicia aproximadamente cuando se alcanza la edad entre 14 y 16 años. A partir de los 50
años, la cantidad de espermatozoides que se producen empieza a disminuir.
La formación de óvulos
Las células precursoras de los óvulos se
encuentran en los ovarios de la mujer desde su nacimiento. Estas células
precursoras interrumpen su desarrollo durante aproximadamente 12 años, momento
en el que comienza la maduración del aparato reproductor femenino. A partir de
este momento tienen lugar, de forma cíclica, la ovulación y la menstruación.
• Ovulación: Una de las células precursoras madura hasta
dar lugar a un óvulo, que sale del ovario y es recogido por la trompa de
Falopio. Este proceso recibe el nombre de ovulación.
Durante la maduración del óvulo, el
endometrio se engrosa con la finalidad de albergar el óvulo fecundado. Si no es
fecundado, el óvulo tiene una vida muy corta y muere en 24 horas. La ovulación
determina el ciclo ovárico, que es el tiempo transcurrido entre la maduración de un óvulo y la del
siguiente. La duración media del ciclo ovárico es de 28 días.
• Menstruación: Si no se produce la fecundación, unos 14
días después de la liberación del óvulo, el endometrio se desprende. Esto
provoca una hemorragia denominada menstruación, la que dura aproximadamente 4
días y consiste en la expulsión por la vagina de sangre y otros componentes que
formaban el endometrio. La expulsión es más intensa en los primeros días y poco
a poco se detiene.
La menstruación determina el ciclo
endometrial, que es el tiempo que transcurre entre el inicio de una
menstruación y el inicio de la siguiente. La menstruación se origina alrededor
de 14 días después de la ovulación.
En los ovarios se sintetizan los estrógenos,
que son los encargados de proseguir el proceso de maduración de los óvulos y de
regenerar el endometrio después de la menstruación. También se sintetiza la
progesterona, que prepara el endometrio para la implantación del óvulo. Si no
se produce la fecundación, la síntesis de esta hormona se detiene.
Este se calcula teniendo en cuenta que, por
un lado, el óvulo liberado sobrevive 24 horas y, por otro, que los
espermatozoides sobreviven hasta 72 horas en el aparato reproductor femenino.
Por tanto, el período fértil está comprendido entre tres días antes y un día
después de la ovulación.
La edad fértil en las mujeres se inicia con
la primera menstruación o menarquia a partir de los 12 o 14 años. Aproximadamente
entre los 45 y los 55 años, los ovarios dejan de madurar óvulos, cesan las
menstruaciones y comienza el periodo denominado menopausia.
• Ovarios: Son dos órganos situados en la cavidad
pélvica, encargados de la producción de óvulos.
• Trompas
de Falopio: Son dos
conductos, cada uno de los cuales comunica con un ovario y con el útero. Se
encargan de recoger los óvulos liberados por los ovarios y conducirlos al útero.
• Útero
o matriz: Es un órgano
musculoso que puede ensancharse para alojar al feto en caso de embarazo. Una de
las capas que lo constituyen es el endometrio, capa mucosa con muchos vasos
sanguíneos que se regenera periódicamente y cuya función es proteger y nutrir
al óvulo fecundado.
• Vagina: Es el conducto que comunica el útero con el
exterior, sus paredes son musculosas y elásticas.
• Vulva: Es la parte exterior del sistema
reproductor femenino y consta del monte de Venus, los labios mayores, los
labios menores y el clítoris, pequeño órgano eréctil.
Entre los labios menores y la pared vaginal
se encuentran las glándulas de Bartolino que se encargan de secretar un líquido
lubricante antes del coito.
Fecundación, embarazo y parto en los
seres humanos
La fecundación, el embarazo y el parto son
tres procesos relacionados con la función de
reproducción que tienen lugar en el interior
del cuerpo de la mujer.
•La fecundación es la unión de un óvulo y de un
espermatozoide en el interior del sistema
reproductor femenino.
La unión de las dos células es posible si,
durante el período fértil de la mujer, se realiza el
coito, que consiste en la introducción del
pene erecto en el interior de la vagina, y la eyaculación, es decir, la
expulsión del semen.
Veamos qué ocurre a partir del momento que
tiene lugar la eyaculación.
Cuando el cigoto se divide por primera vez,
da lugar al embrión que se desplaza desde las trompas de Falopio hacia el
útero, mientras realiza sucesivas divisiones celulares. Cuando el embrión llega
al útero se produce la implantación; es decir, el embrión se adhiere al
endometrio, donde se desarrollará para formar un nuevo ser. La implantación
tiene lugar 7 u 8 días después de la fecundación.
A partir de la implantación del embrión en el
útero empiezan a desarrollarse la cavidad amniótica, la placenta y el cordón
umbilical.
• Cavidad
amniótica: Es la cavidad que
contiene el embrión. Está constituida por la membrana amniótica y el líquido
amniótico. Esta cavidad mantiene hidratado al embrión, lo protege de los golpes
y de los posibles cambios de temperatura, a la vez que amortigua los
movimientos del cuerpo de la madre.
En una eyaculación se liberan entre 200 y 300
millones de espermatozoides que quedan depositados en la entrada del útero de
la mujer. A partir de este momento, los espermatozoides avanzan hacia las
trompas de Falopio gracias a los movimientos de su cola. Unas decenas de
espermatozoides consiguen llegar a las trompas de Falopio. Si en ese momento hay
en ellas un óvulo maduro, se puede producir la fecundación entre este óvulo y
solo uno de los espermatozoides. Como consecuencia de esta unión se formará la
célula huevo o cigoto. A partir de este momento se inicia el embarazo.
• Placenta: Es un órgano situado en el exterior de la
membrana amniótica y su función es comunicar el sistema circulatorio de la
madre y el del embrión. También actúa como filtro de microorganismos o de
sustancias nocivas.
• Cordón
umbilical: Es un tubo largo
y flexible que une el ombligo del nuevo ser con la placenta. Contiene en su
interior dos arterias y una vena. El embrión recibe a través de estas arterias
los nutrientes y el oxígeno que contiene la sangre de la madre. Las sustancias
tóxicas, como el dióxido de carbono, pasan a través de la vena hacia la
placenta, donde la sangre de la madre las recogerá para ser eliminadas.
Hasta el último tramo del primer trimestre
hablamos de embrión. Cuando se empiezan a diferenciar las principales
estructuras anatómicas, el embrión pasa a denominarse feto hasta el final del embarazo.
A continuación, veremos cómo se desarrolla el
embrión y el feto a lo largo del embarazo.
1. Primer trimestre:
Se empiezan a diferenciar la mayor parte de
los órganos. Por ejemplo, se forman el sistema nervioso, el corazón, los dedos
de manos y pies, etcétera. Al final del trimestre el embrión pesa unos 20 g y
mide unos 10 cm, tiene aspecto humano y empieza a moverse.
2. Segundo trimestre:
El feto ya tiene todos los órganos
desarrollados excepto los pulmones, que aún no están preparados para respirar.
Se mueve mucho y se chupa el dedo, la madre puede percibir los movimientos. Al
final del trimestre pesa aproximadamente 900 g y mide unos 32 cm
3. Tercer trimestre:
Los pulmones se preparan para respirar. Debido
al crecimiento del feto, este ocupa, todo el espacio disponible en el útero y
se mueve muy poco. Hacia el final del embarazo, se sitúa cabeza abajo y se
encaja en la pelvis de la madre. En el momento de nacer, el peso medio es de
3-3.5 kg y mide unos 50 cm.
La ecografía es una técnica muy utilizada en
la actualidad para llevar a cabo un control del
proceso del embarazo. A lo largo del
embarazo, se recomienda un mínimo de tres ecografías. La ecografía permite
determinar la madurez del feto y observar los latidos del corazón y sus
movimientos.
y
también:
Cuando han transcurrido las 40 semanas de
embarazo, tiene lugar el parto, que es la salida
al exterior del feto y de las membranas que
lo rodean. Las señales que indican el inicio del
parto son:
• Rotura
de la membrana amniótica: La rotura de esta membrana libera el líquido amniótico,
a este hecho se le conoce comúnmente como romper
aguas.
• Inicio
de las contracciones uterinas: Al principio son contracciones suaves y ligeramente
dolorosas, pero, al transcurrir el tiempo, a
se van haciendo más frecuentes e intensas.
A partir de este momento tienen lugar tres
fases: la dilatación, la expulsión y el alumbramiento.
• Dilatación:
Debido a las
contracciones uterinas, cada vez más frecuentes, se va ensanchando el cuello
del útero. Cuando este alcanza los 10 cm de diámetro, la fase termina.
• Expulsión: Prosiguen las contracciones uterinas y,
normalmente, entre tres y cinco horas
después comienzan los dolores de expulsión,
que se producen cuando la cabeza del feto presiona sobre la vagina para salir.
En el momento del nacimiento, primero aparece la cabeza, luego un hombro y,
rápidamente, el resto del cuerpo.
En ese momento se pinza el cordón umbilical
para evitar hemorragias y, después, se corta.
• Alumbramiento: Consiste en la expulsión de la placenta,
tiene lugar minutos después de
la salida del feto. Las
hormonas durante el embarazo y el parto
En el embarazo, la placenta segrega estrógenos
y progesterona. Los estrógenos favorecen el crecimiento del útero y el desarrollo de
las glándulas mamarias. La progesterona mantiene la consistencia de las paredes
del útero y evita que se produzcan contracciones.
En el parto, las glándulas suprarrenales del
feto segregan cortisol que provoca que aumente la formación de
estrógenos y que disminuya la síntesis de progesterona. Por esto, empiezan las
primeras contracciones uterinas y el hipotálamo de la madre segrega oxitocina,
que estimula las contracciones y favorece la recuperación del tamaño del útero
y estimula las glándulas mamarias.
Mecanismo y regulación hormonal de la lactancia
El mecanismo de la lactancia se basa en la
succión que efectúa el recién nacido en el pezón materno. El reflejo de succión
es un comportamiento innato en el ser humano.
• El estímulo de la succión se transmite al
sistema nervioso central, donde se procesa, iniciando la actividad del
hipotálamo. Este segrega la hormona oxitocina, que provoca la contracción de
fibras musculares que rodean el tejido glandular de las mamas y producen la
salida de la leche.
Al mismo tiempo, la oxitocina origina una
reducción del tamaño del útero, que había aumentado durante el embarazo.
• La hipófisis, activada por neurohormonas del
hipotálamo, produce hormona prolactina, responsable de la formación de leche en
los acinos mamarios:
|
|
|
|
|
|||
|
|||
No hay comentarios:
Publicar un comentario