lunes, 11 de mayo de 2020

Lengua II -tema 5: mundos literarios


TEMA 5: mundos literarios

Cuando se habla de mundos literarios, hablamos de esos pequeños universos estructurados, múltiples y diversos de ideas, conceptos y representaciones de lo literario. Los mundos literarios o mundos posibles son muy variados y una clasificación de ellos debe considerar el tiempo y el espacio en que se desenvuelven los personajes y el tipo de acciones que ejecuten. Entonces, según el tipo de realidad que se representan, podemos encontrar los siguientes mundos literarios:
v    El mundo fantástico: el mundo fantástico se caracteriza por presentar un quiebre con respecto a lo que conocemos como normal, lo real y cotidiano. Lo imposible, lo inconcebible y lo inexplicable se hacen presente y desmoronan los esquemas de la realidad, provocando en el lector desconcierto. Lo fantástico es ese desconcierto o vacilación (duda) del lector ante un acontecimiento aparentemente sobrenatural, que lo lleva a preguntarse: ¿será posible o imposible esto?
Por ejemplo, en el cuento “El Aleph” de Jorge Luis Borges leemos en una parte: un Aleph es uno de los puntos del espacio que contiene todos los puntos. –Está en el sótano […] yo lo descubrí en la niñez. […] ¿El Aleph?, repetí. Sí, el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos […] En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada […] El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño […] Vi en él el mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi todos los espejos del planeta, vi nieve, tabaco, vapor de agua, vi la noche y el día contemporáneo, vi mi dormitorio sin nadie, vi tigres, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las hormigas que hay en la tierra, vi la circulación de mi oscura sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara y sentí vértigo y lloré porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural […] el inconcebible universo. 

v  El mundo mítico: los mitos y las leyendas son relatos anónimos de tradición oral que nos remiten a un pasado más o menos remoto. Surgieron como respuesta del ser humano para poder explicar hechos y fenómenos que en aquel entonces no tenían una explicación objetiva: el mito explica el origen de temas universales como el mundo, la humanidad, el día, la noche; por otro lado, la leyenda explica el origen de determinadas costumbres de una población, la vegetación y la fauna de una región particular, etc. Los mitos se caracterizan por la presencia de dioses, semidioses, héroes; y las leyendas personas de carne y hueso, animales, vegetaciones.
Por ejemplo: “Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro. Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.” (Leyenda del ceibo).
v  El mundo real o realista: es el mundo tal cual como es, como lo vivimos diariamente, con todas sus leyes y manifestaciones. Su finalidad es reflejar objetivamente los rasgos característicos de su época, los lugares, la naturaleza, los tipos humanos, las causas y los efectos de un determinado hecho.
Existe una cronología comprobable y espacios efectivos donde se desarrollan los diferentes hechos que nos rodean o que nosotros mismos experimentamos, hay una secuencia en el tiempo y en el espacio. Para ello el escritor utiliza el método de observación directa de la realidad referida. Mientras más exhaustivas son las descripciones, mayor credibilidad se logra en el lector. Este mundo representado debe corresponder fidedignamente al mundo que conocemos como “real”.
 Por ejemplo, en “El llano en llamas” de Juan Rulfo leemos: Pocos días después, en el Armería, al ir pasando el río, nos volvimos a encontrar con Petronilo Flores. Dimos marcha atrás, pero ya era tarde. Fue como si nos fusilaran. Pedro Zamora pasó por delante haciendo galopar aquel macho barcino y chaparrito que era el mejor animal que yo había conocido. Y detrás de él, nosotros, en manada, agachados sobre el pescuezo de los caballos. De todos modos, la matazón fue grande. No me di cuenta de pronto porque me hundí en el río debajo de mi caballo muerto, y la corriente nos arrastró a los dos, lejos, hasta un remanso bajito de agua y lleno de arena.
v  El mundo de ciencia ficción: este mundo aspira a ser tomado como verosímil y abarca a lo científico, ya que es un augurio o un anticipo a lo que la sociedad podría llegar a ser más adelante: un mundo avanzado en tecnología o en vías de destrucción. Temas propios de esta literatura son los descubrimientos y usos de objetos de última generación, viajes fuera del planeta, extraterrestres; historias de robots o personas con microchips en sus cuerpos, entre otros.
Por ejemplo: “Cierta noche, Martin observó desde su ventana, una estela de luz que caía desde el cielo, la velocidad de la luz aumentaba cada vez más y más por lo que Martin sentía miedo y al mismo tiempo curiosidad. La luz aterrizó en un terreno abandonado a pocos metros de su casa, así es que se armó de valor y fue a investigar el origen de aquella luz tan grande y luminosa…”
v  El mundo maravilloso: Se caracteriza por la presencia de seres mágicos (hadas, duendes, brujas, ogros, dragones…), hechos ilógicos que son naturales o normales sólo dentro de ese mundo. Lo que allí sucede se aparta de nuestra realidad; pero los personajes lo viven como normal y cierto.
No es un quiebre de la realidad, sino que es un mundo diferente, aislado, que posee leyes propias, válidas y específicas sólo para este tipo. Dentro de lo maravilloso se hallan los cuentos de hadas, duendes, brujas, gigantes, etc. Este mundo aparece en los cuentos folclóricos y tradicionales.
Por ejemplo, en el cuento “Las aventuras de Pinocho” de Carlo Collodi leemos: “Érase una vez, un carpintero llamado Gepetto que decidió construir un muñeco de madera, al que llamó Pinocho. Con él, consiguió no sentirse tan solo como se había sentido hasta aquel momento.
- ¡Qué bien me ha quedado! - exclamó una vez acabado de construir y de pintar-. ¡Cómo me gustaría que tuviese vida y fuese un niño de verdad!
Como había sido muy buen hombre a lo largo de la vida, y sus sentimientos eran sinceros. Un hada decidió concederle el deseo y durante la noche dio vida a Pinocho.”  

Actividades:
1- Leer los cuentos “A la deriva” y “Los inmigrantes” de Horacio Quiroga.
2- ¿Cuáles son sus personajes?
3- Describir el lugar, la vegetación, la fauna, el clima donde suceden los hechos en cada cuento.
4- Los dos cuentos comparten la misma temática, notables al final. Con sus propias palabras explicar cómo termina cada uno. Entonces, ¿cuál es el tema central en ellos?, ¿qué palabras o frases a lo largo de los cuentos ayudan a conformar ese tema central?
5- ¿A qué mundo literario pertenecen estos cuentos? Justificar su respuesta.
6- La leyenda del Timbó leída en el tema anterior, ¿a qué mundo literario pertenece?
Fecha de entrega: sábado 16 de mayo de 2020.

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